"La afición de Belgrano se dará el lujo de contar en sus filas, aunque tan sólo por 90 minutos, al mejor jugador del mundo". Así titulaba La Voz del Interior hace exactamente 30 años: era el jueves 10 de Julio de 1986 y Maradona se disponía a estrenar su condición de flamante campeón mundial defendiendo la camiseta celeste. Recordemos que la selección argentina se había consagrado en México apenas 11 días atrás.

El rival elegido para el encuentro amistoso fue Vélez Sarsfield y lo recaudado por la venta de entradas se destinó al Patronato de la Infancia. Diego arribó esa misma tarde a la Docta y tras recibir una serie de agasajos (entre ellos el de "Huésped de Honor del Pueblo" por parte de la Municipalidad de Córdoba), enfiló hacia el Estadio Chateau Carreras, escenario del match. Allí lo esperaba el plantel de CAB, que ostentaba el título de campeón del Regional desde hace unas semanas y se aprestaba a iniciar el primer Nacional B de AFA.

Aquella inolvidable noche el Club Atlético Belgrano formó con: Ramos; Ghielmetti, Céliz, Reyna y Chiera; J.J. López, Villarreal y Maradona; Blasón, Scatolaro y Vázquez. El director técnico era Tomás Rodolfo Cuellar.

El resultado fue 1 a 1 y queda para el anecdotario el penal malogrado por el Diez; a los piratas nos queda para siempre el orgullo de esa jornada histórica en la que Diego Maradona fue Pirata. El escritor Juan F. Marguch, reconocido hincha de CAB, dijo alguna vez rememorando esa fecha: "Luciendo la celeste en una noche eterna tiró un penal afuera; es que hay colores que pesan demasiado y el nuestro es uno de ellos".