EFEMÉRIDES
Ernesto Barabraham, un extraordinario
05/06/2018
Un 5/6/1891 nacía¨El Francés¨, otro de los grandes fundadores del Club. Personalidad sin igual, esencial para la historia de Belgrano y de Córdoba.
La virtud es a veces un don, a veces una construcción, o una combinación. Lo concreto es que Ernesto Barabraham fue un cúmulo de virtudes difíciles de enumerar y esclarecer en totalidad.

Estamos hablando de un jugador de Belgrano. Pero además fue uno de los fundadores del club.

Fue escritor, aviador, experto en tácticas de guerra sin haber comandado ningún ejército, crítico de espectáculos, fue un callejero deambulante abierto "a lo que venga", a repentizar; fue un bohemio, intelectual, profundo y muy sensible. Y también fue periodista. Era uno de los que encabezaba la resistencia, de los que intentaba una revolución cada día. Su labor más importante la llevó adelante en La Voz del Interior (1917 a 1931); desde allí su lucha era activa y constante, por una Córdoba diferente, que despertara y saliera del letargo que él consideraba evidente. Se impuso así "la inmensa ­tarea de transformar la fisonomía moral de Córdoba" como alguna vez escribió, "era una sociedad que vegetaba en la rutina, el atraso y el conformismo".

Dicha profesión la abrazó enteramente al dejar el fútbol, dignificando al periodismo y haciendo escuela desde la vanguardia y la ruptura; nunca tranzando, nunca claudicando, siempre con el idealismo motorizando su trayecto. En los años posteriores ayudó a fundar dos diarios: "Lucha" y "Debate".  También asumió su rol de gremialista, y en el año 1938 fue uno de los organizadores del Primer Congreso Argentino de Periodistas, realizado en Córdoba; sentando bases de lo que sería el Estatuto del Periodista Profesional.
 
Ernesto Barabraham supo estampar su impronta en cada ámbito en el que se movió, dejando huella y enseñanza, forjando un perfil, un modo de vivir y de hacer. Como si fuera poco, jugó en Belgrano y fue uno de los fundadores; y fundaba a Belgrano en cada paso.

No sólo generó su nacimiento, no sólo se encargaba de emparejar la cancha con una pala (para luego jugar con pelotas hechas de medias) en aquellos humildes albores del siglo XX; fue delantero del Celeste entre los años 1913 y 1919, jugando 47 partidos, marcando 20 goles. Y fue quien el 17 de mayo de 1914, con casi 23 años, le dio el pase gol a José Lascano, logrando, de ese modo, ganar el primer clásico de la historia.
 
"El Francés", como se lo conocía, vale mencionar que era un dandi fuera y dentro de la cancha.
Y era un romántico, un enamorado de la vida, dispuesto a sacrificarla toda en cada lucha que enfrentó. Como se suele decir: no se guardaba nada. Este loco, desenfrenado y lúcido, fue un idealista. Sí, de esos locos que tan bien le hacen al mundo.

Gracias eternas, a Ernesto Barabraham, por su entrega y por haber honrado, desde la raíz, el SER BELGRANO.
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