CABlendario | 4 de junio del 2006
¡El “Fitito” de Primera!
04/06/2018
Hoy se cumplen 12 años del tercer ascenso de Belgrano a la máxima categoría. Esa noche en Bahía Blanca, el Celeste se impuso 2 a 1 ante Olimpo, para la alegría del pueblo pirata.
Un día como hoy, hace 12 años, se producía en Bahía Blanca el ascenso de Belgrano a la máxima categoría por tercera vez en su historia. Aquella fría tarde difícilmente sea olvidada por los hinchas, ya que el equipo de Carlos Ramaciotti se impuso por 2 a 1 ante Olimpo para sellar de la mejor manera una campaña histórica. Los goles fueron convertidos por Paolo Frangipane y Matías Gigli, quienes habían marcado también en el partido de ida que tuvo idéntico marcador.

Para poder llegar al festejo en el sur, antes hubo que recorrer un largo y complicado camino. En el torneo Apertura 2005 la campaña no fue buena y Belgrano terminó en el séptimo lugar a 13 puntos del campeón Godoy Cruz.  Lo único rescatable del torneo fue la victoria en el clásico 2 a 0 con goles de Mariano Campodónico.

Ya en el Clausura la historia parecía repetirse: el equipo no lograba la regularidad necesaria y desaprovechaba las chances de subirse a la punta y el ascenso se veía como algo utópico. Llegó la fecha 15 con la disputa del clásico. Los rivales de toda la vida llegaban en la punta y hasta se atrevían a bromear comparándose con una Ferrari y llamando “Fitito” a Belgrano.

El primer tiempo había dejado en ventaja al por entonces puntero y todo parecía definido. En ese momento, nuestros hinchas comenzaron a cantar “cuando yo me muera, yo quiero que mi cajón sea color celeste, como mi corazón” y lo hicieron durante todo el entretiempo. El aliento pareció llegar hasta el vestuario, porque el equipo salió con otra actitud y pudo dar vuelta el resultado con los recordados goles de Campodónico y Andrés Aimar.

La victoria reavivó la ilusión del ascenso y fue la primera de una seguidilla de cinco que no alcanzaría para ser campeón (se definió a favor de Nueva Chicago que tenía 1 gol más a favor), pero sí para quedar en la cima de la tabla general y poder jugar la final por el segundo ascenso.

Los últimos dos triunfos de esta racha fueron memorables: en la fecha 18 hubo que sufrir más que nunca para vencer a Huracán de Tres Arroyos con un agónico tanto de Novaretti a los 50 minutos del segundo tiempo, luego de tres goles anulados. En la 19, la visita a Ferro será recordada como el día que Caballito se tiñó de celeste. Unos 10 mil hinchas se hicieron presentes en Buenos Aires para alentar a un equipo que tenía muy pocas chances de ser campeón ya que los otros dos equipos involucrados jugaban entre sí.

En la final por el segundo ascenso directo el rival fue Nueva Chicago. El partido de ida disputado en Buenos Aires terminó 3-1 para el equipo de Mataderos. Tras empatar la serie con goles de Walter Bustos y Campodónico, hubo que disputar un alargue para definir quién subiría de categoría. Belgrano hizo todo el esfuerzo y se puso en ventaja con un penal de Campodónico, pero no pudo sostenerlo con 9 jugadores en cancha (Turus y Noce habían sido expulsados) y terminó cayendo derrotado.

La última oportunidad era en la promoción contra Olimpo, que venía de cumplir una buena temporada, en especial en condición de local. En el primer partido el viejo Chateau Carreras lució colmado. La gente se olvidó rápidamente de la derrota contra Chicago, apenas 4 días antes, y acompañó masivamente. Los bahienses se pusieron en ventaja temprano, pero en el segundo tiempo Frangipane y Gigli convirtieron para dejar a Belgrano arriba de cara a la revancha.

Los 2500 hinchas que viajaron a Bahía Blanca, desafiando al frío y la distancia, fueron testigos de un partido muy sufrido. Belgrano necesitaba, como mínimo, empatar. El local abrió nuevamente el marcador a poco de comenzado el partido y el panorama no era nada alentador.

Todo comenzó a cambiar cuando apareció Paolo para empatar con un remate seco desde afuera del área cerca de los 30 minutos del primer tiempo. Desde ese momento y hasta el final, el partido se jugó prácticamente en el área de Montoya, que se convirtió en gran figura con sus atajadas y sostuvo a un equipo que buscaba liquidarlo de contra. En una de esas salidas rápidas, el Hacha Mansanelli corrió por la banda derecha dejando atrás a todos los rivales y habilitó a Matías Gigli quien definió y terminó de liquidar la serie y el ascenso.

Los festejos en Córdoba fueron multitudinarios esa noche y al día siguiente. El equipo fue recibido por una nutrida caravana que tardó varias horas en recorrer el trayecto desde el Arco de Córdoba hasta Alberdi. La alegría fue total, porque el Fitito demostró de qué estaba hecho y pudo llegar al objetivo mientras otros miraban desde boxes.

Cuando se cumplió el 10° aniversario del ascenso, así lo recordaron Matías Gigli, Paolo Frangipane y Mariano Campodónico:
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